Debido a la constante subida de los precios de la energía, la eficiencia energética es una cuestión que cada vez preocupa más en los hogares españoles. La carpintería exterior tiene una gran relación con la eficiencia energética y el confort dentro del hogar y es que tradicionalmente las ventanas son los principales puntos de fuga de calor del hogar.
Elegir unas buenas ventanas de aluminio que estén además correctamente instaladas, es una buena manera de conseguir eficiencia energética. En el caso de aquellas zonas que son especialmente frías o especialmente calurosas, se recomienda además que esas ventanas lleven cristales bajo emisivos.
Los cristales bajo emisivos son vidrios cuya superficie ha sido rociada con un compuesto de partículas de óxido y también de metales nobles, especialmente plata. Esto crea una capa protectora que hace que el cristal sea capaz de retener el calor (en invierno) o el frescor (en verano) dentro de la vivienda, con una mayor eficacia que otros cristales que no llevan este tipo de tratamiento.
En las zonas que son especialmente frías el cristal bajo emisivo se coloca mirando hacia la parte interior de la vivienda, mientras que en las zonas más calurosas este cristal se sitúa mirando hacia el exterior. El tratamiento que reciben los cristales bajo emisivos los vuelve especialmente sensibles a la corrosión y es por ello que nunca se instalan directamente sino que se añade el cristal bajo emisivo entre dos cristales normales para protegerlo de los elementos.
Los cristales bajo emisivos son, en definitiva, una buena solución para mejorar la eficiencia energética, especialmente en aquellas viviendas que están ubicadas en zonas con una climatología más extrema, ya sean zonas frías o calurosas. Además el tratamiento que reciben estos cristales no impide en modo alguno la entrada de luz en la vivienda.
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